Los inodoros de alta tecnología como símbolo de la higiene japonesa. La popularización de los inodoros electrónicos con chorros de agua caliente en Japón ha revolucionado la imagen de los retretes, antaño considerados un lugar sucio e impuro.
La revolución de los inodoros modernos
La popularización de los inodoros electrónicos con chorros de agua caliente en Japón ha revolucionado la imagen de los retretes, antaño considerados un lugar sucio e impuro. Hoy en día los inodoros japoneses se han convertido en un símbolo de higiene cada vez más reconocido en todo el mundo. Las ventas del Toto Washlet, un producto de inmenso éxito que se ha convertido en sinónimo de inodoro de alta tecnología, superaron los 40 millones de unidades en julio de 2015.
Los inodoros de alta tecnología encabezan la lista de productos que los turistas chinos desean adquirir en Japón, hecho que sorprende mucho a los japoneses. Incluso el periodista Nakajima Kei ha escrito un libro sobre el tema, Naze Chugokujin wa Nihon no toire no toriko ni naru no ka?: “Nippon daisuki” no himitsu o toku (¿Por qué a los chinos les fascinan los inodoros japoneses?: desvelando los secretos de su aventura amorosa con Japón).
Pasos previos a los indoros de alta tecnología
Los prototipos de los inodoros de alta tecnología actuales son el Wash Air Seat, diseñado en Estados Unidos en la década de 1960 para su uso en hospitales y centros asistenciales, y productos similares suizos. Al principio, los fabricantes de inodoros japoneses Toto (antiguamente Tōyō Tōki) y Lixil (antiguamente Ina Seitō) importaban estos artículos para su venta. Con el tiempo ambas compañías acabaron desarrollando sus propios productos, y Toto presentó su primer modelo de Washlet en 1980.
Pero el Washlet no fue un éxito inmediato. Un punto de inflexión se produjo en 1982, cuando Toto difundió un anuncio de su producto por televisión en el que aparecía una popular actriz. Con el lema “Quiero que mi retrete me limpie el trasero” el anuncio captó la atención del público.